Tudela 1
Colección de fotografías de Tudela (Navarra) tomadas por Gonzalo Obes. Parte 1.
Conozco bastante bien Tudela. Viví allí varios años y, como en todos los sitios, me trataron de maravilla. Estas son algunas fotos que saqué andando por allí.
Al sur de Navarra, entre la abrumadora aridez de las Bardenas y el verde intenso de la huerta de la Ribera, se encuentra Tudela, la segunda ciudad en extensión e importancia del territorio foral.
Fundada en el año 802 por Amrus ibn Yusuf al-Muwalad bajo mandato del rey Al Hakan I, es una de las ciudades de origen islámico más importantes de España y de Europa
En ella convivieron, durante más de 400 años, musulmanes, judíos y mozárabes, quienes imprimieron a la ciudad un mestizaje cultural reflejado en sus monumentales edificios y del que serás testigo al pasear entre sus callejas retorcidas, pasadizos, murallas y atalayas.
Porque Tudela es una ciudad para recorrer a pie, en la que el encuentro con la historia se combina con lo mejor de la buena mesa, en la que destacan las exquisitas verduras de la Ribera.
Capital de la Ribera y muestra viva del encuentro de culturas que conforman su pasado, Tudela goza de una excelente situación geográfica, a orillas del Ebro, que ha convertido la zona en una próspera comarca agrícola. Bien comunicada, la ciudad, en la que viven alrededor de 30.000 habitantes, destacó siempre por su estratégica posición que la convirtió, primero, en avanzadilla de los musulmanes contra los cristianos, y, después, en atalaya del Reino de Navarra en sus luchas con Castilla y Aragón.
La expulsión de 3.000 judíos, en 1498, y de los moros y moriscos en 1516 y 1610, constituyen algunos capítulos de la historia de Tudela, ciudad incluida dentro de la Red de Juderías de España-Caminos de Sefarad y en las rutas turísticas sefardíes.
Las minorías sociales dejaron una profunda huella de la que serás testigo nada más entrar a la ciudad por el puente del Ebro, obra de factura medieval, probablemente sobre una construcción previa musulmana, de 17 arcos, unos ojivales y otros de medio punto y 360 metros de longitud, desde el que obtendrás una de las mejores panorámicas de la capital ribera.
La joya artística de la ciudad es la catedral de Santa María, construida hacia 1180 sobre los restos de una antigua mezquita; es monumento nacional desde 1884, tiene bella portada y claustro románicos y una luminosa nave central gótica. Destaca también la capilla de Santa Ana, trabajada en barroco churrigueresco y restaurada en 1948.
Anejo a la seo puedes visitar el Museo Diocesano ubicado en el palacio Decanal (XVI), y repartidas por la ciudad, las iglesias de San Jorge (XVII), del Carmen (XVII), San Nicolás de Bari (XVIII), Santa María (XVI) y de la Magdalena (XII), monumento nacional que conserva una de las pocas torres románicas que podrás ver en Navarra.
Dentro de la arquitectura religiosa, también son interesantes los conventos del Carmen (XVII), Dominicas (XVII), Capuchinas (XVIII) y Clarisas (XVIII); las ermitas de la Virgen de la Cabeza y de Santa Cruz, y la imagen del Sagrado Corazón, situada sobre un altozano desde el que obtendrás una hermosa perspectiva de la ciudad.
Igualmente sorprendente es la arquitectura civil de la ciudad, cuyas calles están protegidas por casonas, palacios y edificios con solera como el palacio del Marqués de San Adrián (XVI), el palacio del Marqués de Huarte (XVIII), el Centro Cultural Castel Ruiz (XVII), o el museo Muñoz Sola de Arte Moderno. Otro alcázar descansa sobre una de las atalayas que rodean la ciudad. Se trata de la Torre Monreal, la primera cámara oscura de Navarra que regala al visitante panorámicas espectaculares de la ciudad.
La plaza de los Fueros, punto de transición entre la ciudad antigua y la moderna, es uno de los centros de reunión preferidos de los tudelanos. Construida en 1687, fue coso taurino, dispone de quiosco central y las fachadas de las casas que la circundan muestran escudos heráldicos de las poblaciones de la Ribera de Navarra.
La estación intermodal de la ciudad recibió en septiembre de1996 el premio Brunel, galardón que se concede a las mejores obras ferroviarias de arquitectura, por la novedad de su diseño y funcionalidad.
Además de un pujante comercio, en Tudela encontrarás los mejores manteles; degusta las excelentes verduras -alcachofas, espárragos, cogollos, cardos- y no te marches sin probar la famosa menestra (plato cocinado con alcachofas, guisantes, alubia verde, espárragos, acelga y jamón serrano), productos que también se venden en conserva.
También es tierra de fiestas y tradiciones. Festeja a su patrona, Santa Ana, del 24 al 30 de julio, y son de interés histórico cultural las fiestas conocidas como El Volatín y la Bajada del Ángel, que se celebran en Semana Santa, entre marzo y abril.
Si tu interés se centra en las actividades en la naturaleza, Tudela es un buen punto de partida para realizar recorridos por las Bardenas Reales, visitar el Recindo amurallado de Rada o recorrer la Vía Verde del Tarazonica.
Si viajas con niños, puedes acercarte, durante los meses más cálidos, al Parque Sendaviva (en Arguedas), que cuenta con animales en semilibertad y atracciones.
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