Steve Miller Band

Biografía de Steve Miller Band.

Hay artistas cuyas canciones brillan como las caras de un diamante. Steve Miller, hombre de blues y discípulo de Les Paul, no ha sido solamente uno de los mejores guitarristas de la historia del rock, sino también el autor de algunas de las canciones más queridas por el gran público.

Rara vez confluyen, como en su caso, el prestigio con la popularidad. Steve Miller habría sido como tantos otros un músico underground si no hubiera sido por varios factores a su favor presentes en su biografía.

El primer factor favorable para Steve fue sin duda el haber nacido un 5 de octubre de 1943 en el seno de una acomodada familia de Milwaukee, Wisconsin. Su madre Bertha era una excelente cantante y a su padre el doctor George Miller le gustaba hacer pruebas con las cintas de grabación. La fortuna hizo que el padre de Steve tuviera como amigo al mítico creador de la guitarra eléctrica Gibson-Les Paul e inventor del multipistas, además de innumerables otros inventos. Les Paul enseñó a tocar a al jovencito Steve, con tan solo seis años.

Mudados a Dallas, Texas, la casa de los Miller acogía a los músicos de la ciudad con frecuencia. En una de aquellas fiestas, Steve vio impresionado llegar al blues man T Bone Walker hasta el porche de la casa a bordo de un rutilante Cadillac descapotable con los asientos forrados de leopardo. Steve, con los ojos como platos, no se separó un centímetro de T Bone, tirándole del pantalón de estancia en estancia hasta que consiguió que se sentara con él para enseñarle a hacer líneas de solo con la guitarra, uno de los fuertes del músico más adelante.

A los doce años forma Steve su primera banda con compañeros de clase en la St Mark´s School de Texas, haciéndose llamar The Marksmen. En su repertorio abundaban las canciones del r & b de los últimos años del género, el pionero del blues eléctrico Jimmy Reed, Bobby Bland, el pianista Bill Doggett y otros. Miller, necesitado de músicos, enseñó los rudimentos básicos a la armónica y el bajo a su amigo Boz Scaggs, que se incorporó a la banda. Scaggs seguiría a Miller fielmente cuando éste se traslada a la Universidad de Wisconsin, y sigue con él en su siguiente grupo The Ardells.

Tras la graduación, marchan a Chicago, meca del blues del Delta, donde tienen contacto con Muddy Waters y consiguen ver en directo a Howlin´ Wolf. Es entonces cuando forma el grupo Goldberg Miller Blues Band, una banda de r & b eléctrico en la onda de los Paul Butterfield Blues Band.

Epic Records les ficha para grabar el single “The Mother Song” y viajan a Nueva York para promocionar la canción en el programa Hullabaloo, junto a The Supremes y The Four Tops. Allí se dio cuenta el joven Miller de que «todo el mundo se llevaba el dinero a manos llenas, excepto los músicos». De vuelta a Chicago, viendo que la escena de la ciudad está en sus últimos coletazos, decide coger una vieja furgoneta Volkswagen y mudarse a San Francisco. De nuevo la suerte le vendría de cara al joven Steve.

La ciudad de San Francisco era un hervidero de artistas incandescentes en aquel otoño de 1966. Viviendo en la furgoneta, aparcada en el campus de la Universidad de Berkeley, Steve Miller monta una banda que consigue colarse en los bolos iniciales de las bandas emergentes, Big Brother & The Holding Company, Grateful Dead, Quicksilver Messenger Service y otras bandas ácidas del momento.

En el programa de tarde del sábado del Festival de Monterey de junio de 1967 entra Steve Miller a tocar justo antes del debut de Mike Bloomfield, ex-Paul Butterfield Blues Band, con su nuevo grupo Electric Flag. Ese mismo invierno su inseparable amigo Boz Scaggs vuelve a unirse a la banda de Steve. Firman contrato con Capitol y viajan a Londres para grabar su disco de debut en los Olympic Studios con el ingeniero de sonido Glyn Johns.

En mayo de 1968 se edita Children of the Future. La canción del mismo nombre, que abre el disco, tiene el honor de ser la primera canción radiada por la primera estrella de la radio del rock, Tom Donahue, desde su emisora de radio de rock en FM en la ciudad de San Francisco, una fórmula que se extendería rápidamente por todo el planeta.

Los primeros discos de Steve Miller están plagados de riesgo, experimentación y muy poco afán comercial, más cerca de la psicodelia que del rock que luego le haría mundialmente famoso. La capacidad creativa de Steve Miller explota en mil direcciones, con la ayuda de Jim Peterman a los teclados, de Tim Davis a la batería, de Lonnie Turner y de Gerald Johnson después al bajo, y sobre todo del prodigioso Ben Sidran.

Solo cinco meses después de su debut ya está grabando su segundo disco, una pieza conceptual inacabada por Steve a día de hoy, titulada Sailor. De nuevo Glyn Johns en la producción, esta vez en los nuevos estudios de ocho pistas de Hollywood. Ahí aparece ya «Living in the USA», una canción crítica de alto octanaje.

La versión que realiza Steve Miller del primer Johnny “Guitar” Watson —influyente artista entre el blues y el funk de entre otros Frank Zappa, trágicamente fallecido al morir sobre el escenario en 1996 durante un concierto en Yokohama, Japón—, hace recaer sobre él el sobrenombre de “Gangster of Love”.

Para su tercer disco, Brave New World, Steve Miller vuelve a Londres con Glyn Johns y es ahí donde se produce la primera colaboración del músico con Paul McCartney en la grabación de «Get Back» y «Don´t Let me Down». Al día siguiente por la tarde, Steve le enseña una canción nueva a Paul y se pasan ambos la tarde entera grabando «My Dark Hour». En este fabuloso disco de 1969 se encuentra la canción «Space Cowboy», que le valió como nuevo sobrenombre al artista.

Hay una grabación en directo del 25 de marzo de 1972 en el programa alemán Beat-Club conectado con las emisiones de la cadena de radio de la ciudad de Bremen sencillamente magistral, en un estilo cercano al jazz funk con un groove irresistible.

La creatividad de Steve Miller prosiguió a un ritmo frenético. Cinco álbumes en dos años. Cuando se acercaba la gira que iba a llevarles a Europa tuvo un accidente de coche que le provocó tener que echar el freno y volver una temporada de ocho meses a casa de sus padres en Dallas. Parecía que la máquina se había roto por dentro.

Sin embargo, Steve emergió en 1973 con un nuevo álbum, The Joker. Y lo que nunca había pretendido, que era hacer un single de éxito, apareció. Aquella pieza autobiográfica se convertiría en nº 1 en las listas Billboard en los primeros meses de 1974. Tal éxito sirvió para que Steve se animara a componer de nuevo. Se refugió en un estudio casero de ocho pistas instalado en su propia casa y pasó el resto del año escribiendo y grabando nuevas canciones.

Con su bajista del principio, Lonnie Turner, y la batería de Gary Mallaber, Steve termina de grabar Fly Like an Eagle, posiblemente su más aclamado álbum. En él se encuentran la homónima, «Take the Money and Run» y, oh, sorpresa, una canción que no saldría como single excepto en UK como cara B de «Rock´n´me» y que con el paso del tiempo ha sido reconocida como una de las preferidas de toda su discografía: una evocación de la soledad en el interior de una nave espacial titulada «Serenade»: «Despierta, despierta / Estamos perdidos en el espacio y el tiempo nos pertenece».

La discografía de Steve Miller siguió completándose con algún que otro sonado éxito posterior en los años ochenta, como aquel «Abracadabra» de 1982. Pero por encima de las cifras millonarias de discos vendidos, Steve Miller ha sido, como Clapton, un blues man auténtico y algo más. De los pocos rostros pálidos que pueden llevar honrosamente tal título en el eminente universo del blues. Que lo disfruten.

Fuente del texto: Álvaro Alonso

Página web oficial: Steve Miller Band