¡Atención! Este sitio usa cookies y tecnologías similares.

Si no cambia la configuración de su navegador, usted acepta su uso. Saber más

Acepto

POLITICA DE COOKIES

Cookie es un fichero que se descarga en su ordenador al acceder a determinadas páginas web. Las cookies permiten a una página web, entre otras cosas, almacenar y recuperar información sobre los hábitos de navegación de un usuario o de su equipo y, dependiendo de la información que contengan y de la forma en que utilice su equipo, pueden utilizarse para reconocer al usuario.. El navegador del usuario memoriza cookies en el disco duro solamente durante la sesión actual ocupando un espacio de memoria mínimo y no perjudicando al ordenador. Las cookies no contienen ninguna clase de información personal específica, y la mayoría de las mismas se borran del disco duro al finalizar la sesión de navegador (las denominadas cookies de sesión).

La mayoría de los navegadores aceptan como estándar a las cookies y, con independencia de las mismas, permiten o impiden en los ajustes de seguridad las cookies temporales o memorizadas.

Sin su expreso consentimiento –mediante la activación de las cookies en su navegador–Obesia.com no enlazará en las cookies los datos memorizados con sus datos personales proporcionados en el momento del registro o la compra..

¿Qué tipos de cookies utiliza esta página web?

- Cookies técnicas: Son aquéllas que permiten al usuario la navegación a través de una página web, plataforma o aplicación y la utilización de las diferentes opciones o servicios que en ella existan como, por ejemplo, controlar el tráfico y la comunicación de datos, identificar la sesión, acceder a partes de acceso restringido, recordar los elementos que integran un pedido, realizar el proceso de compra de un pedido, realizar la solicitud de inscripción o participación en un evento, utilizar elementos de seguridad durante la navegación, almacenar contenidos para la difusión de videos o sonido o compartir contenidos a través de redes sociales.

- Cookies de personalización: Son aquéllas que permiten al usuario acceder al servicio con algunas características de carácter general predefinidas en función de una serie de criterios en el terminal del usuario como por ejemplo serian el idioma, el tipo de navegador a través del cual accede al servicio, la configuración regional desde donde accede al servicio, etc.

- Cookies de análisis: Son aquéllas que bien tratadas por nosotros o por terceros, nos permiten cuantificar el número de usuarios y así realizar la medición y análisis estadístico de la utilización que hacen los usuarios del servicio ofertado. Para ello se analiza su navegación en nuestra página web con el fin de mejorar la oferta de productos o servicios que le ofrecemos.

- Cookies publicitarias: Son aquéllas que, bien tratadas por nosotros o por terceros, nos permiten gestionar de la forma más eficaz posible la oferta de los espacios publicitarios que hay en la página web, adecuando el contenido del anuncio al contenido del servicio solicitado o al uso que realice de nuestra página web. Para ello podemos analizar sus hábitos de navegación en Internet y podemos mostrarle publicidad relacionada con su perfil de navegación.

- Cookies de publicidad comportamental: Son aquéllas que permiten la gestión, de la forma más eficaz posible, de los espacios publicitarios que, en su caso, el editor haya incluido en una página web, aplicación o plataforma desde la que presta el servicio solicitado. Estas cookies almacenan información del comportamiento de los usuarios obtenida a través de la observación continuada de sus hábitos de navegación, lo que permite desarrollar un perfil específico para mostrar publicidad en función del mismo.

Cookies de terceros: La Web de Obesia.com puede utilizar servicios de terceros que, por cuenta de Obesia.com, recopilaran información con fines estadísticos, de uso del Site por parte del usuario y para la prestacion de otros servicios relacionados con la actividad del Website y otros servicios de Internet.

En particular, este sitio Web utiliza Google Analytics, un servicio analítico de web prestado por Google, Inc. con domicilio en los Estados Unidos con sede central en 1600 Amphitheatre Parkway, Mountain View, California 94043.  Para la prestación de estos servicios, estos utilizan cookies que recopilan la información, incluida la dirección IP del usuario, que será transmitida, tratada y almacenada por Google en los términos fijados en la Web Google.com. Incluyendo la posible transmisión de dicha información a terceros por razones de exigencia legal o cuando dichos terceros procesen la información por cuenta de Google.

El Usuario acepta expresamente, por la utilización de este Site, el tratamiento de la información recabada en la forma y con los fines anteriormente mencionados. Y asimismo reconoce conocer la posibilidad de rechazar el tratamiento de tales datos o información rechazando el uso de Cookies mediante la selección de la configuración apropiada a tal fin en su navegador. Si bien esta opción de bloqueo de Cookies en su navegador puede no permitirle el uso pleno de todas las funcionalidades del Website.

Puede usted permitir, bloquear o eliminar las cookies instaladas en su equipo mediante la configuración de las opciones del navegador instalado en su ordenador:

Si tiene dudas sobre esta política de cookies, puede contactar con Obesia.com en el correo

El Castillo de Loarre 1

Colección de fotografías del Castillo de Loarre (Huesca) tomadas por Gonzalo Obes. Primera parte.

Hace varias horas que el portón fue cerrado, apenas varias velas de sebo y antorchas perfilan las casas del pueblo diseminado por el exterior de la muralla. Ha sido un día tranquilo y templado, cosa extraña en esta época del año, aunque es verdad que el clima ha cambiado, al igual que los tiempos. Fortún López, tenente de la fortaleza, medita sobre esto paseando por las terrazas superiores. Observa el pueblo a sus pies, dormido, los huertos y campos arados, negros como el azabache. Bolea y Ayerbe en la lejanía, acechando silenciosas al cristiano castillo. La Hoya se abre y difumina ante sus ojos, tapada por la bruma. Y al final en el horizonte, Wasqa (Huesca), la ciudad de las noventa y nueve torres. El rey Pedro, el primero de su nombre, aconsejado por sus señores, reúne en ese lugar a nobles y soldados. La batalla por Wasqa es inminente y el nerviosismo se condensa en el aire.

Correos y heraldos han divulgado las noticias de las razzias de los musulmanes contra villas y pueblos cristianos de la montaña, en un intento por detener el agrupamiento de los soldados aragoneses. Las tropas rezagadas tienen la orden de reunirse en la fortaleza de Loarre, el cual ya se encuentra concluido aunando en sus dependencias a gente de armas y gente del clero, pues así lo deseó el padre de nuestro rey, Sancho Ramírez.

Fortún musita unas palabras que la distancia diluye en forma de gruñido, y se arrebuja en la oscura capa. Tan sólo queda un caballero por llegar con sus hombres...

Los minutos pasan y una pequeña serpiente formada por titilantes luces se distingue al sur de la villa.

- ¡Aragón! Se escucha en la distancia. Al cabo de un instante un coro de unísona voz responde: - ¡Gloria!

Desde las almenas los hombres de armas corren exclamando:

- ¡Los soldados arriban! ¡Los soldados han llegado!

- ¡Aragón! Resuena por segunda vez y de nuevo el coro aclama: - ¡Gloria!

Destellos provenientes de los prístinos yelmos y lanzas danzan entre la casas de la aldea a medida que se acercan a la oscura muralla. Son los últimos, que en apretadas filas caminan, que en apretadas filas avanzan.

- ¡Aragón! Por tercera vez resuena la llamada y por tercera vez el clamor se eleva: - ¡Gloria!

- Un largo camino en apenas unos días -, susurra Fortún con las manos sobre el muro mientras sus labios esbozan una sonrisa. Los guardias se apresuran a encender teas y antorchas. En unos instantes la fortaleza se agita con el vaivén de los soldados y sirvientes.

El tenente cogiendo su espada sale de la fortaleza y dirigiéndose al portón de la muralla exclama:

- ¡Abrid el portón! ¡Y despertad a los cocineros pues esta noche será una noche de historias junto al fuego!.

- Sé bienvenido amigo, ¿cuánto ha pasado?, ¿dos años, ya?... Ya sé que estás cansado pero déjame mostrarte antes de cenar la fortaleza más señera del reino, pues ya ha sido concluida. Levanta la vista y mira cómo se yergue sobre la caprichosa roca otorgándole el dominio de la zona. Mis aposentos se encuentran ahí, en esa torre, la más alta y que despunta por encima del resto. Aunque para alcanzar nuestra meta tendremos que recorrer el recinto monacal que nos rodea. Fue erigido por el padre de nuestro rey, supongo que lo recuerdas, Sancho Ramírez, tan sólo hace dos años que murió junto a las murallas de Wasqa. Él edificó este monasterio y con él rodeó la primitiva fortaleza que se asienta en lo alto de la roca, mandada edificar por su abuelo, Sancho Garcés, el tercero de su nombre y rey de Pamplona.

No pongas esa cara ante la escalera principal, muchos mercaderes y nobles abren sus bocas de asombro y enmudecen ante ella y luego de forma tácita y de reojo la miran con envidia. Aprovechemos ahora que han terminado las nonas y entremos en la Capilla Real, la iglesia de nuestro rey. Ya sé que no le hace honor, pues a la luz de las antorchas las dimensiones de la iglesia y cúpula tan solo se atisban y no se aprecian en su esplendor. Mañana al alba te mostraré los capiteles y sus historias.

Por ahí no, son las dependencias de los monjes, el dormitorio, el refectorio, las cocinas y almacenes. Acortemos por este pasillo y subamos directamente al recinto militar. Y entremos con cautela, pues me temo que el guardia se ha dormido...¡Ah de la fortaleza! ¡Despierta soldado!...mañana sé de alguien que limpiará letrinas...

Se agradece el silencio, hoy ha sido día de instrucción y el patio de armas ha sido un hormiguero de actividad. Al fondo se encuentra la pequeña capilla donde los soldados pueden aliviar los pesares de su alma. Y ese edificio contiguo es el salón, lamento que lo veas así. Se derrumbó el muro norte hace dos semanas, pero las obras no avanzan como desearía, algún cantero también será de los dormilones...

Cuida con la cabeza y pasemos por las torres. ¡Caramba que huele bien la comida! Ya quedan pocas escaleras, te lo prometo. Ésta es la torre sur de las tres que tenemos, hay quien la llama de la reina, supongo que por las preciosas ventanas que la tapizan. Y espero que no tengas miedo a la altura ahora que estamos en las terrazas. Pasemos por este puente y lleguemos a mis aposentos. Mi torre se hizo a semejanza y moda de las torres en Francia y las Taifas. No es mala defensa, aunque se consiga conquistar todo el recinto, incluso sus recovecos, pasillos y puertas. Se debe construir un nuevo puente, pues una vez refugiados en la torre el puente se hace desplomar al vacío. ¿Cómo?, sí claro, el túnel para poder salir se encuentra en el nivel inferior y desemboca en el cercano bosque al norte.

Pero ahora quedémonos aquí, pues el fuego crepita en la chimenea y la mesa ya se encuentra servida...

P.M. Callizo.

Más información en: Castillo de Loarre

  • Visto: 1430

Licencia de Creative Commons Obesia es una página de Gonzalo Obes bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-Compartir Igual 4.0 Internacional LicenseSin embargo esta licencia no se extiende a los artículos o imágenes de terceros, cuyas normas son las suyas propias, por favor póngase en contacto con los autores respectivos.
Los nombres de los autores aparecen en el pie de cada imagen o al final de cada artículo, si no es así, se debe a que es un dato que desconocemos, así que si algún autor la ve aquí le rogamos que se ponga en contacto Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. para hacerlo figurar o para borrarla si es su deseo, porque nos encanta reconocer a los autores, es justo.